SUR - Aníbal Troilo y Edmundo Rivero
El Malevo recuerda cuándo y cómo nació este tango. Entonces era niño, pero su madre escuchaba una audición que se pasaba por la tarde y que dirigía un muy conocido locutor, llama Julio Jorge Nelson, a quien llamaban "la viuda de Gardel", por su desmedida predilección por este cantor, de cuya vida y obra tenía conocimientos eruditos.
Julio J. Nelson organizó un concurso de tangos, que ganó este tango, tocado por Troilo, con esta versión de Rivero, que entraron, así, en el Partenón tanguero.
Le letra, del magno Homero Manzi, retoma dos de los temas preferidos del tango: la nostalgia del barrio que ya no se frecuenta, y la irrecuperable pérdida del amor que se creyó eterno, con los versos y las palabras justas, cantados por un Rivero que expresa exactamente con sus tonalidades, sus tiempos, sus silencios, su contenido pleno de nostalgia .
Para quienes gusten de acompañar a Rivero bajo la ducha, la letra:
San Juan y Boedo antiguo y todo el cielo,
Pompeya y, más alla, la inundación,
tu melena de novia en el recuerdo,
y tu nombre flotando en el adiós
La esquina del herrero, barro y pampa,
tu casa, tu vereda y el zanjón
y un perfume de yuyos y de alfalfa
que me llena de nuevo el corazón
Sur, paredón y después
Sur, una luz de almacen
Ya nunca me veras como me vieras,
recostado en la vidriera
y esperándote,
ya nunca alumbraré con las estrellas
nuestra marcha sin querellas
por las noches de Pompeya
Las calles y las lunas suburbanas
y mi amor en tu ventana
todo ha muerto, ya lo sé
San Juan y Boedo antiguo, cielo perdido,
Pompeya y, al llegar al terraplen,
tus veinte años temblando de cariño
bajo el beso que entonces te robé
Nostalgia de las cosas que han pasado,
arena que la vida se llevo,
pesadumbre del barrio que ha cambiado
y amargura del sueño que murió
Sur, paredón y después
Sur, una luz de almacen
Pompeya y, más alla, la inundación,
tu melena de novia en el recuerdo,
y tu nombre flotando en el adiós
La esquina del herrero, barro y pampa,
tu casa, tu vereda y el zanjón
y un perfume de yuyos y de alfalfa
que me llena de nuevo el corazón
Sur, paredón y después
Sur, una luz de almacen
Ya nunca me veras como me vieras,
recostado en la vidriera
y esperándote,
ya nunca alumbraré con las estrellas
nuestra marcha sin querellas
por las noches de Pompeya
Las calles y las lunas suburbanas
y mi amor en tu ventana
todo ha muerto, ya lo sé
San Juan y Boedo antiguo, cielo perdido,
Pompeya y, al llegar al terraplen,
tus veinte años temblando de cariño
bajo el beso que entonces te robé
Nostalgia de las cosas que han pasado,
arena que la vida se llevo,
pesadumbre del barrio que ha cambiado
y amargura del sueño que murió
Sur, paredón y después
Sur, una luz de almacen
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